Dios es amor

Ama al Señor tu Dios de todo corazon, y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

Primera apístola de Juan apóstol. 1:5

Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Solos no podemos andar en luz. Porque somos de naturaleza humana. Déviles. Y en éste cuerpo de carne solo caemos en tinieblas, en tentaciones y en errores. Mas busquemos a Jesucristo. El nos amó primero. El nos limpia con Su sangre vertida en la cruz del calvario y nos dá la victoria sobre el pecado. Sin santidad nadie verá al Señor. Y pronto viene en gloria a buscar a los suyos. Seamos, pues, concientes de esto. Somos suyos por su grande misericordia y su inagotable amor. Busquemos al Señor, sígámoslo hasta el final, y el triunfo nos abrazará. El premio: Ver Su rostro, recibir la corona y vivir en la eternidad de los cielos. Dios nos ayude siempre. Amén.

El Señor te llama, con voz tierna, a seguirlo y ser parte de Su causa. La causa del reino de los cielos. La de la vida eterna


"... Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vió a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.
Pasando de allí, vió a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes ; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron..." S. Mateo; 4(1