Dios es amor

Ama al Señor tu Dios de todo corazon, y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

La paz del Señor sea contigo

"La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo."

 Dijo el Señor. Con autoridad y amor.

 El hombre, cualquiera sea el tiempo que viva anhela paz. Y el hombre ha tratado de buscar paz, muchos han trabajado y luchado por conseguirla. Pero todo lo que el hombre consiga es insuficiente en ese sentido. Esa paz de los hombres es la "no violencia", el "no conflicto", la "no guerra". Mas Cristo va mucho más allá. Solo el va mas allá en todo, pues todo en Él fue creado. Dice Jesús: La paz os dejo. La paz. No hay otra. El estado precioso en que un alma reposa confiadamente en los brazos de Su Señor y Dios. En los brazos de Su padre. La paz os dejo. Categóricamente expresado de los labios de quien tiene toda potestad. Y agrega: Mi paz os doy. Para que no queden dudas. Por si en nuestro entender ambiguo y poco profundo no alcanzamos a descifrar esa contundencia de la frase precedente, donde deja en claro que es la verdadera, única y anhelable paz la que nos deja por medio de Su Santo Espíritu, dice ésto. Mi paz. La paz de Jesucristo. La Paz que sobrepasa todo, como dice Pablo en su carta a los Filipenses 4:7. Esa paz que sobrepasa la mas terrible tempestad, la que apaga la duda y el temor, la que da seguridad de plena vida en El. Por eso la aclaración: No como el mundo la da. No como los líderes de ésta tierra corrupta que no tiene forma de alcanzar semejante plenitud en estado celestial. No hay forma de comparar una cosa con la otra, y solo quien ha podido experimentar el poder de la paz de Cristo en su vida puede comprenderlo.

Podrán arreciar tormentas, dolores, pérdidas, desilusiones, muertes -Todo lo que el hombre pasa-, pero si confiamos en El habrá paz en el alma. ¿Hay problemas? Si los hay. El mismo dijo que tendríamos aflicciones en el mundo, mas también aclaró: "Yo he vencido al mundo". El es todo poder, todo amor y consuelo. Por ello es menester para nuestro ser escucharle diciéndonos: "No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo." La gloria sea al Señor. Como tener miedo y turbarse, si el toma cuidado de nosotros. Si el nos consuela y sostiene. Si en El se sustentan todas las cosas. Si en Su abrazo hallamos descanso. Si en Su palabra hay vida. Si en su muerte está nuestra vida.

 Busque mi alma esa paz. Y la busque en el verdadero creador de esa paz. Jesús. El nos ama. Por ello nos habla así. Y en esa porción de Juan 14 nos habla de promesas gloriosas. Promesas fieles y verdaderas que nos llevan a ver las gloria venideras de los hijos amados de Dios. Esas mismas son poder en nuestras vidas. Un poder que nos asegura paz constante y nos lleva a sostener nuestra vida en lo que es realmente importante. Lo que no se ve. Lo que trasciende y es eterno. Dios te bendiga.

 Paz de nuestro Señor Jesucristo.


Arrepentíos, dijo el Señor, que el Reino de los cielos se ha acercado. Y agrega el Espíritu que queda poco tiempo. Es que los tiempos se acortan por amor a los suyos, como nos fuera ya anunciado. ¿O no vivenciamos como se suceden los días y meses como meras hojas del calendario que giran impulsadas por l viento? Pero se demora Su venida, también, por Su misericordia, para que todos los escogidos puedan alcanzar la salvación de sus almas. Porque muchos dirán: Hace mucho se habla de Su venida y aún esperamos. Amén esperad que ya todo cumpliéndose está. Arrepentíos que pronto vuelve Jesús a levantar a Su iglesia, la amada esposa. Y a limpiar Su era, separando la paja del trigo. Arrepentíos que aún ha oportunidad de ser hallado trigo. Arrepentíos que hay fiesta en el cielo. Amén